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En Vilagarcía de Arousa, un pueblo de Galicia, están atónitos por la resolución del caso que llevan entre manos desde hace once años. La historia tiene un principal punto y seguido en Noviembre del 2006, en el que el desbordamiento del Río do Con descubrió que en la capital arousana, hay un garaje a través del cual transcurre un afluente que el constructor canalizó por medio de una especie de acequia al descubierto.



No todo queda ahí, sino que además entre coche y coche cualquier pescador federado puede probar suerte, ya que en este "riachuelo" hay una servidumbre que permite la pesca siempre y cuando se esté federado. Es lo suyo, no sabes que cenar y dices, pues voy a bajar al garage a ver si pillo algo para echar a la sartén.

Este invierno más que otros ha sido bastante lluvioso, lo que ha provocado un diario sopesar entre los vecinos por miedo a que se desbordara el cauce y afectase directamente a sus vehículos. La Xunta ha conseguido una solución que lejos de zanjar el tema, lo ha avivado con más polémica y es que el Viernes pasado la Presidenta de Augas de Galicia envió una carta a la alcadesa del pueblo, comunicándole que han elaborado un proyecto para acondicionar el cauce del afluente, el coste de estas obras se estima en 1.122.746,36 euros, y además, el Ayuntamiento también deberá conseguir los terrenos en cuestión para desarrollar la ejecución de las obras.

Es decir, piden la colaboración municipal para sufragar con dinero público, la resolución de un problema que generó una empresa privada, la cual fue sancionada por parte de la Xunta en verano del año 2008, por solamente 4.500 euros, ya que lo contemplaron como una falta de carácter leve.

Las posibles soluciones son, o se derriban los seis edificios, varios de ellos de protección oficial, o seguirá pasando el tiempo porque al parecer unos por otros, la casa sin barrer...

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