El acceso a Internet en España sigue siendo caro, muy caro. En estos tiempos de crisis, se agraba el hecho de que la banda ancha de nuestro país sea un 141% más cara que la media europea, y el triple que Francia, Suecia o Estonia.
La gente hace recortes para poder llegar a fin de mes, uno de los primeros suele ser el dar de baja Internet (si es que se tenía contratado), y de esta manera quitarnos una forma de desarrollo, de comunicación y avance. Una vez más, sigo pensando que Internet al igual que en muchos sitios del mundo, debería ser un derecho universal y no un "palo" económico mensual.
La media europea se sitúa en los 14,36 euros frente a la tarifa más baja en España que está en 34,6 euros y para una velocidad solo de 3 Mbps. No hay que dejarse engatusar por las ofertas promocionales que las compañías sacan, ya que todas estas tarifas tienen una caducidad y una permanencia adherida, la cual una vez cumplida la oferta nos obliga a estar un tiempo estipulado en la empresa, pagando ya la cuota normal, que evidentemente como poco, es el doble o más de lo que nos habían ofrecido meses atrás con la promoción.
Como es obvio, sino hiciésemos caso de ninguna oferta por no dejarnos "engañar", no tendríamos banda ancha en nuestra casa nunca, así que lo único que podemos hacer es ver la letra pequeña de todas las promociones y elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades, teniendo siempre en cuenta la tarifa que nos quedará una vez pasados los meses de la oferta.
Algún día, espero que no sea muy lejano... Internet será un derecho y será un bien común más que pagarán nuestros impuestos, aunque seguramente los políticos que haya en ese momento lo verán como un negocio, y nos los subirán porque dirán, que la banda ancha es un coste que hay que abonar aparte.
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