Hace dos semanas solicité a través de la web oficial de Toyota una prueba de uno de sus modelos híbridos (estos coches semieléctricos que están tan de moda), en concreto del Toyota Auris de 136 cv. El miércoles pasado por la tarde me habían citado para probarlo y así fue la experiencia.
Llegamos Ana y yo a eso de las 17:30 h aprox. al concesionario, el vendedor en cuestión que me había llamado días atrás para concertar la cita me estaba esperando, aunque tuvimos que esperar no mucho más de 15 minutos porque había otro cliente que estaba probando el coche.
Nos montamos en el coche y mi primera impresión fue el sentirme muy raro al ir a pisar el embrague mientras regulaba el asiento y encontrarme con el hueco, esta versión de híbrido entre otras muchas pijadillas que más adelante iré comentando, es automático. Nunca había sentido la sensación de conducir un coche automático pero puedo asegurar que es una pasada aunque como todo en esta vida, tiene sus pros y sus contras.
Una vez que me indicó el vendedor cómo funcionaba el cambio automático, puse marcha atrás para salir del aparcamiento y acto seguido la mitad del retrovisor se convirtió en una cámara trasera de alta resolución que lleva equipado el coche para ver con mayor visibilidad los movimientos que se vayan a realizar y sobretodo el tener una aproximación más real de la distancia a la que nos encontramos del objeto más cercano que con el sistema sonoro del píii píii pípípipipipi típico que llevan otros coches.
Este dispositivo de ayuda visual lo llevan vehículos de gama más alta como el Honda CR-V, por lo que es un punto positivo por parte de Toyota al incorporarlo en el Auris.
Al salir del aparcamiento con una sensación totalmente nueva, ya que el coche parece que va en punto muerto al no oir ningún ruido proveniente del motor, nos disponemos a tirar por la cuesta de los Callejones para subir por la salida del Tanatorio dirección Murcia y así poder probarlo en autovía también. Al superar los 50 km/h el motor de combustible se arranca y pasa a ser el primario, a la vez que va recargando la batería eléctrica, aunque ésta también va cogiendo carga cada vez que frenamos ya que almacena la energía que se genera en el sistema de frenado, el mismo proceso que pusieron en los Fórmula 1 hace un par de años pese a que poco después lo suprimieron.
La batería en sí no tiene mucha autonomía pero teniendo en cuenta que solamente está activa hasta una velocidad de 50 km/h y que dichos trayectos serán en ciudad, estaremos frenando continuamente, por lo que aunque el motor tenga que arrancar en alguna que otra ocasión, ahorráremos muchísimo dinero en combustible gracias al uso casi contínuo del sistema eléctrico, si os fijáis cada vez hay más taxistas que usan el modelo Prius de Toyota, por ser algo más grande que el Auris, aunque seguro que también los irémos viendo.
En general, la conducción fue muy suave, el panel de las revoluciones, velocímetro, etc. está retroiluminado con una pantalla de leds, físicamente solo están presentes las agujas que también se iluminan. La visibilidad es bastante buena, y es espacioso tanto delante como detrás, ya que Ana me comentó después de probarlo que atrás el espacio viene a ser como el del 207, por lo que es adecuado para ir 3 personas sentadas sin problemas y el maletero es un poco más grande que el del 207.
Sin duda si tuviese que comprarme un coche ahora, estudiaría como una de las primeras opciones, el adquirir un Auris Híbrido.
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lunes, 15 de noviembre de 2010
Mi experiencia con un Auris Híbrido
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