El Grupo de Investigación en Ingeniería de Carreteras de la Universidad Politécnica de Valencia presentó hace unos días un dispositivo que pretende instalarse como alternativa al badén tradicional.
Tiene forma longitudinal y su principal diferencia con el modelo clásico es que no hay que sobrepasarlo, sino esquivarlo. Es decir, el resalte es alargado y de poca altura, invade el carril para que el conductor tenga que seguir una trayectoria en zigzag muy suave y dejárselo entre las ruedas. Para conseguirlo, obviamente, el conductor deberá reducir la velocidad.
Al suprimir el impacto de las ruedas contra la goma del badén, el nuevo resalte minimiza las molestias ocasionadas a los conductores, reduce el desgaste mecánico de los vehículos y ayuda a disminuir el ruido en su entorno.
Aunque a priori parece una muy buena innovación, lo que no han comentado es si los coches que no son demasiado altos se dejarán la parte de abajo incrustada en el badén.
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