Un snowboarder alemán de 22 años, se quedó colgado en la silla durante seis horas, desde las 16:30 h a las 22:30 h.
Al principio empezó a gritarle a los últimos esquiadores que bajaban e incluso a algún trabajador, pero nadie lo oyó. No llevaba el teléfono móvil encima, y no se atrevía a saltar porque estaba a unos 10 metros del suelo.
Quemó pañuelos, facturas de restaurantes, tarjetas de visitas y todo lo que tenía a su alcance para que alguien pudiera ver la llama desde algún lado y pudiera acudir al rescate. Hasta que finalmente tuvo que hacer uso de los billetes de dinero que llevaba encima.
Cuando a las 22:30 h, se dieron cuents y pusieron el telesilla de nuevo en marcha gracias a que un maquinista lo vió, lo encontraron quemando su último billete de 20 euros.
Afirma que llegó a quemar un total de cien euros.
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